DIARIO
3. diario: días 09-11
DÍA 09
31.10.2021
4h45 / 19.01 km
Ayer por la tarde vinieron a vernos 2 jóvenes. Trabajan en el "jardín" de al lado. Uno de Chinguetti, el otro de la zona. Tomaron té y se fueron.
Pensé que íbamos a tener problemas con los bichos (muchas hormigas, escarabajos, hormigas blancas), 2 ratones que siguen buscando y hurgando en nuestro equipaje. Pero al final no he tenido picaduras. Además, teníamos detrás una Dama de Noche (galán de noche o jazmín de noche), que aún no estaba en flor pero que ya olía.
En cuanto a los animales, no debemos olvidarnos de la pareja de cuervos. ¿Son los mismo desde el día 1? Nefaa me explicó que siguen a los camellos porque se comen las garrapatas, incluso logran posarse sobre ellos para comérselas y los camellos se dejan.
Le dije a Nefaa que tenía que comprar una escopeta porque podríamos haber cazado más conejos. Cuando llegamos al campamento, había uno que salió corriendo justo delante de nosotros.
Por la mañana finalmente comprendí que la montaña de la que me hablaba Nefaa estaba más lejos. En Google Maps veía en realidad un erg (zona de piedras) que aún sin las sombras parecía una montaña. Al salir nos dirigimos hacia el sureste, donde había un pozo no muy lejos.
Había una niña cogiendo agua cuando llegamos y nos dejó su lugar. Construido con piedras, el agua estaba a solo 1,5 m de distancia. Diez minutos después vinieron a vernos un padre y su hijo (también para dar de beber a sus cabras). Era una familia que vivía en un khaïma a 500 metros de distancia. Luego vimos otra khaïma. Según Nefaa, no eran nómadas, y se movían tan solo unos kilómetros dependiendo de la lluvia.
A la cuarta khaïma, me dijo si quería pasar a saludarles y le dije por qué no. Era una tienda junto a una pequeña duna aislada. No había nadie. Mientras caminaba por el borde de la duna, apareció otra tienda al otro lado de la duna. Había mujeres con 4 niñas pequeñas. Rápidamente nos ofrecieron té, pero finalmente la "abuela" nos preparó algo de beber, leche de cabra con agua y azúcar. Bebí un poco y estaba bueno. Diez minutos después llegó una joven, debía ser amiga de la joven porque se abrazaron cariñosamente. Todos hablaron en hassanya y no entendí nada. Dentro de la tienda, solo había alfombras y todas las pertenencias pegadas a un lado. Fuera estaban todos los utensilios de cocina.
Los hombres no estaban allí, seguramente estarían con los animales en otra parte.
Nuestra visita fue inesperada pero la forma de vestir de la mujer (alrededor de los 40) era por un lado muy elegante, la tela del cuerpo negra y azul oscuro para la de la cabeza. Pero cuando se levantó para prepararnos la leche y se puso varias veces bien la tela sobre la cabeza, se podía ver cómo la tela negra era un poco transparente y dejaba ver sus pechos (sin sujetador *). Se sentía muy cómoda, tal vez porque su marido no estaba allí…
* normalmente usan un especie de camiseta muy ajustada.
Eran de la misma tribu que Nefaa, Aoudafil. Antes de irme les pregunté sobre la extensión del territorio donde podían instalarse. No era como Nefaa me había dicho, eran realmente nómadas que se desplazaban en función de las lluvias entre Chinguetti y Tichitt (separadas casi 400 km).
Continuamos nuestro camino y vimos una quinta tienda. A medida que nos acercábamos a Tagant, los nómadas comenzaban a ser más numerosos.
Después del erg (suelo de guijarros) cruzamos un río seco pero en uno de los lados vimos túmulos. Estaría bien buscar más información.
Para acabar la mañana, más dunas. Después de solo 12 km, Nefaa decidió que nos instaláramos entre dunas y dos arbustos de talha. Me confesó que estaba cansado (no duerme bien por la tos que le provoca el tabaco) pero yo también.
Esperamos llegar al gran río (seco) que precede a la montaña que nos llevará pasado mañana a Rachid.
Para llegar al río había que atravesar dunas, pero en absoluto me esperaba esta geografía. De repente divisamos desde lo alto un espacio de unos 20 km entre 2 montañas de dunas. Abajo, el río que también hace de límite entre el Adrar y Tagant (que significa bosque en bereber). ¡Pero qué espacio! Como si estuviéramos entrando en otra dimensión, con diferentes parámetros físicos y no solo por los colores de la arena (hasta 4), también por sus formas. Además, es como si la arena fuera mucho más pesada que las grandes rocas agrupadas en las crestas de las dunas, rocas que parecían restos de animales prehistóricos.
El ritmo era demasiado lento, pero llegamos al río cuando menos.
DÍA 10
01.11.2021
5h42 / 24,77 km
Nefaa me había hecho un dibujo en la arena para explicarme el terreno. Ya estábamos en el río y esta mañana íbamos a recorrer un sendero que podría describirse como una ruta nómada. Arena dura, a veces solidificada y con talhas y taichots en los bordes. Nos detuvimos para saludar a otra khaïma, donde solo 2 niños y una mujer se estaban preparando para ir a buscar agua, cargando bidones (como los nuestros) en un burro. Ella era de la tribu Akalal, es decir, de Chinguetti.
Durante un descanso para beber agua, Nefaa me dijo que tenía calor. Desde el principio, sin viento, con el sol de frente y con la arena blanca, era difícil caminar, sobre todo cuando la arena no era dura. A mí me pasaba algo que no me hacía sentir bien, de vez en cuando perdía el equilibrio. ¿Era el sol, el cansancio, estaba enfermo? En un momento pensé que me iba a caer, pero pude averiguar qué me estaba pasando. En las dunas los pies pueden hundirse en la arena, normalmente de forma vertical, pero en esta parte, un pie podía hundirse hacia algún lado y el otro en la dirección opuesta, no era mi cabeza la que no mantenía el equilibrio, sino mis pies al caminar sobre terreno inestable.
Lo mejor era poder caminar sobre arena solidificada (en ocasiones dio lugar a minimaquetas de una geografía, con sus curvas de nivel). Este terreno me permitía andar a 12 minutos por km. Al final de este camino y antes de llegar a la montaña que nos llevará mañana a Rachid, hicimos una parada para almorzar y un nómada local comió con nosotros. Tenía sus cosas justo al lado, pero no tenía tienda, ¿será la que vimos 300 m antes? El dueño de esta última nos visitó. No es de Chinguetti sino de una tribu local. No paraba de burlarse del otro diciendo "as-sudani" (negro), que en realidad es de la tribu Akalal de Chinguetti.
Al final, el hombre que llegó primero tenía su tienda 300 metros más lejos, una tienda sin los laterales, supongo que por el calor. Según Nefaa, quizás estuviéramos a 35 o 36ºC.
El inicio fue complicada por el calor, la arena (no demasiado firme) y el ritmo de Nefaa. No podía seguirle. Además, pensé que estábamos a punto de cruzar la montaña, pero la “ruta nómada” no se terminaba. Después de 5 km pasamos junto a un pozo en medio de la “carretera-río”. Fue gracioso porque los animales, burros y camellos, estaban esperando a la sombra de los árboles y en cuanto nos vieron dirigirnos hacia el pozo, todos se acercaron silenciosamente. Sin embargo, tras dar de beber a nuestros camellos y llenar 2 bidones pequeños, no había recipiente alguno, de hormigón o de metal, para dejarles agua. Así que los animales tuvieron que demostrar quién era el más fuerte para beber lo que quedaba en el suelo...
Caminamos hacia el asfalto en un punto en el que los dos caminos (el de los nómadas y el de los coches) se unían para cruzar la montaña. Una vez en la cima nos detuvimos a dormir, después de casi 25 km.
DÍA 11
02.11.2021
4h55 / 22,13 km
Antes de quedarme dormido, algo pasó por mi pecho hacia el hombro derecho. No era un escarabajo porque iba demasiado rápido. Pudo haber sido un lagarto pero no los vimos de noche, solo durante el día. Otra opción sería un ratón… Estaba tan cansado que me daba igual.
La noche ha sido rara, con mucho viento, pero gracias a la montaña y al árbol no tuvimos arena. Sin embargo, ha hecho calor y no he podido descansar bien.
Por la mañana, Nefaa comenzó a caminar a un ritmo muy rápido. Me dijo que ya no había más dunas, pero durante todo el día solo había arena. Dejamos la carretera asfaltada de ayer y cruzamos varias montañas pequeñas, obviamente con arena. Pudimos subir, en total, unos 200 m de altura, pudiendo recortar el camino por el río (que sigue paralelo a la carretera). 2h10 más tarde estaba exhausto, justo en el momento en el que volvimos a encontrarnos con la carretera y con un pueblo donde las mujeres, en una especie de khaïma con postes de hormigón, nos invitaron a beber leche, aunque también querían vendernos productos...
Durante 5 km seguimos la carretera porque había demasiada arena y también viento casi de frente. Para el almuerzo, Nefaa eligió una gran talha entre dunas. Estamos a 2 km de Rachid, donde vamos a comprar comida, además, Nefaa encontró algo de red y encargo carne de cabra que comeremos esta noche y mañana.
Aunque el camino que hicimos es el más transitado, Nefaa me dijo que hay otro más al este, un poco más corto pero más difícil de transitar, con demasiadas dunas y piedras.
No tuvimos que seguir el asfalto para llegar a Rachid, tomamos el lecho del río que era mejor y más corto. Desembarcamos y la gente nos miraba, sobre todo al turista. Por el contrario, a las 16:15 casi todas las tiendas estaban cerradas. Afortunadamente encontramos una con frutas (manzanas, plátanos y mandarinas). Con eso y la carne de cabra teníamos suficiente para terminar el viaje. El pequeño valle de Rachid era bonito. Me mostraron la ciudad antigua al otro lado del río, pero completamente abandonada y en ruinas. Tendré que buscar información y volver porque creo que llegó a ser un paso importante para las caravanas; dimensiones bastante controlables, agua, palmeras, talhas… Un lugar estratégico a solo 40 km de Tidjikja.
Nefaa decidió instalarse justo antes de terminar el pequeño valle a la "orilla" del wadi, bastante tranquilo y hermoso.
Créditos vídeos, fotos, textos y dibujo: Carlos Pérez Marín
Cámaras: iPhone XS Max y Leica M6 (Ilford FPE Plus 125)