DIARIO
4. epílogo
Desde el primer momento supe que esta caravana iba a ser dura, muy dura, por varios motivos; temperaturas entre 34ºC y 37ºC; la presencia constante de la arena; la proximidad de la frontera con Malí (el territorio colindante en Mauritania está clasificado como zona roja por las embajadas de Francia y España y por lo tanto había que evitarlo imperativamente). Para afrontar estos retos iba a necesitar un entrenamiento mental especial, nada comparado con lo que vengo haciendo en Marruecos desde 2016.
También era consciente de que Qafila Khamisa era importante porque iba a abrir nuevas líneas y campos de investigación (relacionados con las caravanas, el nomadismo, la ordenación del territorio, la arquitectura, el patrimonio, la historia, la geografía, la geología...) que tal vez me lleven a comprender y entender mejor el desierto. Ahora bien, lo que vuelve a ponerse de manifiesto con este tipo de investigaciones es que no se puede controlar todo y que hay que adaptarse a los imponderables, por eso, acepté sin ningún problema el cambio de planes, tanto de la ruta planificada (Chinguetti-Tidjikja en lugar de Tichitt-Ouadane) como de los guías que me iban a acompañar (una persona y dos camellos en lugar de dos personas y tres camellos). La nueva situación no me perturbó, al contrario, el hecho de viajar solo con un guía iba a hacer más intensa la experiencia, sobre todo si iba a hacerlo de la misma forma que lo hacen personas como Nefaa en el desierto, sin tienda de campaña, colchoneta, silla, agua mineral… "productos básicos" requeridos por los turistas en viajes similares. Por otro lado, es cierto que es un poco “arriesgado” viajar por el desierto por primera vez con alguien que no conoces porque si no te llevas bien con él, el viaje puede convertirse en una pesadilla, pero en este caso, Zaida me había dicho que Nefaa era una persona muy amable y afable, de hecho, pude comprobar que es un personaje entrañable, no solo por su conocimiento del desierto, sino también por su forma de ser, siempre tranquilo, muy meticuloso (sobre todo a la hora de preparar el té), alguien a quien le encanta estar en el desierto independientemente del tiempo que haga. En este sentido, ha sido el mejor guía de entre todas las caravanas que he hecho.
APRENDIZAJES
LOGÍSTICA
Esta caravana me ha enseñado cómo viajar aún con menos equipamiento. Aunque Nefaa ya me había dicho que no traía muchas cosas conmigo, solo una bolsa de 50 l, también es cierto que a lo largo de los años (y de las caravanas) he podido comprobar la utilidad de bastante material de senderismo como para ir quedándome solo con lo imprescindible. En cualquier caso, ahora sé que incluso se puede hacer una caravana sin tienda de campaña, en Marruecos siempre llevaba una en caso de lluvia, teniendo que utilizarla en dos de las cuatro realizadas hasta el momento. Pero no se trata solo de una cuestión de peso, sino de mentalizarse ante las adversas condiciones climáticas que se pueden dar en cualquier momento (lluvia y viento principalmente). En realidad, es como deshacerse de toda protección artificial para poder someterse a la naturaleza. Con la arena ocurre lo mismo, tienes que asumir no solo la dificultad de andar por ella, también que terminarás respirándola y comiéndola.
GEOGRAFÍA
Gracias a la ruta que hicimos, ahora entiendo por qué las caravanas pasaban por Ouadane-Chinguetti, Tidjikja, Tichit y Oualata, describiendo una especie de curva en lugar de trazar una línea recta, principalmente, hacia Tombuctú. En realidad no tenían otra opción porque no hay agua en una teórica línea recta entre Ouadane y Oualata, siendo una ruta demasiado arriesgada y difícil ya que todo el trayecto se realizaría atravesando exclusivamente dunas, sería por tanto una ruta demasiado complicada, al menos para las caravanas convencionales, otro caso diferente serían las expediciones militares o científicas. Nuevamente se pone de manifiesto la importancia de la geografía para entender el territorio, lo cual tampoco es evidente al estudiar la planimetría antigua o al utilizar servicios como Google Maps ya que ambos métodos de representación (analógico y digital) no son muy precisos a la hora de tratar territorios arenosos; la geografía del desierto hay que verla y vivirla.
En relación a la geografía, también he podido verificar algunos de mis pensamientos y propósitos descritos en el DIMENSIONS OF PERCEPTIONS y la importancia de desconfiar de nuestros sentidos cuando habitamos el desierto.
CONVIVENCIA
Otra cosa que he podido comprobar, otra vez, es la importancia de la confianza. Con Nefaa, no tuve necesidad en ningún momento de poner en duda sus decisiones al navegar por estos territorios. Sabía que lo conocía perfectamente pudiendo concentrarme en lidiar con el cansancio o simplemente disfrutar y descubrir lo que el desierto nos mostraba todos los días y a cada momento. En caravanas anteriores ha habido múltiples situaciones en las que no he podido disfrutar del todo durante el viaje, quizás esta vez fuera especial por la pandemia y por poder estar en el desierto sin tener que pensar en ella, lo cual ha sido muy gratificante después de dos años de restricciones sociales, físicas y mentales y sobre todo después de haber pasado en cierto modo miedo, más que por mí, por mi familia y mis amigos.
ARQUITECTURA, URBANISMO Y PATRIMONIO
He podido aprender mucho sobre la evolución de la arquitectura local, desde la tienda nómada o jaima hasta las casas contemporáneas, así como sobre el desarrollo urbano, desde el asentamiento temporal nómada hasta los nuevos barrios urbanos.
En mi primer viaje a Mauritania no entendí muy bien las pequeñas construcciones que aparecían a lo largo de las principales carreteras nacionales. Unos amigos me explicaron más tarde que se trataban de albergues a los que los habitantes de Nouakchott les gustaba ir para quedarse unos días en contacto con el desierto (aunque estuvieran demasiado cerca de la carretera y por tanto del ruido). Pero, ¿por qué las habitaciones tenían esa forma con una cubierta a cuatro aguas?
Durante Qafila Khamisa cruzamos varios pueblos donde vimos la forma en que los nómadas comenzaban a asentarse. En primer lugar siempre instalaban la jaima y un refugio para animales hecho con trozos de madera y de telas (los nómadas usan a veces un árbol para tener algo de sombra). Posteriormente colocaban una estructura de madera en el interior de la jaima, estructura que luego sustituían por pilares de hormigón y tubos de acero, pero manteniendo la tela y la forma de la jaima. En cualquier momento podían empezar a construir una serie de pequeñas construcciones; una de piedra con cubierta a dos aguas de madera y paja, para dormitorios, quedando la jaima como salón; una construcción más pequeña para los baños-ducha y otra para la cocina; una especie de cabaña grande hecha íntegramente de madera y paja como dormitorio o sala de estar según las condiciones meteorológicas; un pequeño granero construido con barriles de acero reciclados. Este proceso de desarrollo urbano es el mismo que puede verse en ciudades como Nouakchott y Ouadane, de hecho, es un proceso de sedentarización donde la influencia de la jaima y los modos de vida nómada están muy presente, a pesar de que muchas personas nacidas en las ciudades desconozcan esas raíces, más allá de los clichés (forma de las jaimas, vestimenta, gastronomías…).
Gracias al proceso de sedentarización puedo ahora entender la relación entre las jaimas tradicionales y algunos edificios contemporáneos como los albergues, así como la organización espacial de las nuevas viviendas.
Arquitectura reciclada para los nuevos graneros construidos por los nómadas.
Y si analizamos la forma en la que los nómadas organizan sus campamentos, podremos comprender fácilmente la forma en que están creciendo las ciudades mauritanas.
Es muy interesante estudiar el patrimonio arquitectónico de Mauritania y Marruecos, comparten la arquitectura nómada, lo cual es normal porque desde la antigüedad las tribus solían moverse entre las montañas del Alto Atlas y el río Senegal. Sin embargo, cuando hablamos de arquitectura sedentaria, nos encontramos con que las ciudades antiguas de Mauritania son bastante diferentes a las de Marruecos. Lo más evidente es el sistema constructivo, piedras en lugar de tapial y adobe, pero también la organización espacial, al menos en las regiones del Adrar y Tagant (en Oualata también se construye con tapial). Sin embargo, comparten un patrimonio común construido entre los siglos XI y XII, durante la dinastía almorávide, con la construcción de fortificaciones a lo largo de las principales rutas de las caravanas.
Hay otro elemento compartido por el patrimonio arquitectónico marroquí y mauritano, las “cúpulas”. Aunque entre los nómadas de Marruecos no utilizan construcciones semiesféricas para sus abrigos temporales, estas todavía se utilizan en Mauritania. Se pueden ver en los campamentos nómadas, en los suburbios de las ciudades y ahora incluso en las infraestructuras turísticas. Es muy interesante la evolución de esta solución para evitar el uso de vigas en las cubiertas . En primer lugar tenemos las cabañas semiesféricas de madera y paja (a diferentes escalas) apoyadas directamente en el suelo. Más tarde, esta técnica se adapta par cubrir pequeñas edificaciones de piedra, pero manteniendo los mismos materiales, madera y paja. Ante la necesidad de mantenimiento, en los años 50 y 60 se empiezan a construir estas cúpulas pero con adobe, dando lugar a una arquitectura muy característica, como la realizadas durante el protectorado español en El Aaiún y en Esmara. En mis primeras visitas a estas ciudades, pensaba que esta arquitectura colonial era una copia de la realizada por el arquitecto egipcio Hassan Fathy, pero ahora sé que proviene de la región del Sahel y de sus nómadas.
CUESTIONES
Es necesario conocer más y mejor la historia del país, especialmente la relacionada con las ciudades caravaneras y sus regiones (Adrar y Tagant), no será fácil como me dijo el director del Museo Nacional debido a la gran carencia de información sobre el patrimonio arquitectónico y arqueológico de Mauritania ya que prácticamente no hay arqueólogos en el país y las autoridades tampoco facilitan las campañas arqueológicas propuestas por equipos extranjeros, quedando así muchas preguntas sin responder:
¿Quiénes eran los Bafour? Se dice que estuvieron en Mauritania desde la antigüedad y que vivían en el Adrar, quizás fueron ellos quienes construyeron los palmerales y los ksour en esa misma región, pero no hay más información. ¿Estaban emparentados con tribus de la región de Noul Lamta en Marruecos (Guelmim)? ¿Eran judíos? ¿Eran negros? ¿Qué lugar ocupaba el pueblo Soninké (contemporáneo de los Bafours) en el Adrar antes de la constitución de la confederación almorávide? ¿De qué época son los túmulos que vimos en la novena jornada de la caravana?
¿Desde cuándo hubo comercio sahariano con la rivera norte del desierto? En Marruecos, los arqueólogos han encontrado testimonios en la región de Guelmim-Oued Noun que les permiten asegurar que dicho comercio data, al menos, desde el siglo XI.
En Chinguetti una de las dos tribus principales se llama Aqlal, ¿hay alguna relación con la danza que se hace en Zagora, también llamada Aqlal? Mohamed Boussalh, director del CERKAS en Ouarzazate, me explicó que a veces usaba la información aparecida en relatos o documentos sobre las danzas para rastrear la historia y la implantación sobre el territorio de las tribus del sur de Marruecos, por eso no habría que descartar una relación entre las tribus del Adrar y del valle del Drâa en Zagora.
Hay algunas incongruencias en las políticas de protección del patrimonio de la UNESCO, por ejemplo, la ciudad antigua de Ouadane (fundada, en teoría, en 1146) está catalogada como Patrimonio de la Humanidad, pero no los restos de uno de los tres pueblos que la precedieron y que está a sólo 250 m del perímetro de protección de Ouadane. ¿Por qué Tiftil no ha sido clasificado y protegido?
Actualmente la distribución de agua en los oasis del Adrar se realiza de forma individual, con pozos “privados” en cada una de las parcelas, sin una infraestructura de canales comunitarias y sin una organización social para el reparto del agua como sí sucede todavía en muchos oasis marroquíes. ¿Siempre ha sido así o hubo otro sistema de riego en el pasado que se ha perdido por completo?
Espero y deseo que la colaboración entre Caravane Ouadane (evento que iniciamos en noviembre de 2021) y el Museo Nacional de Mauritania nos permita conocer más sobre estas regiones, al igual que con el CEROS con cuyos algunos de sus miembros coincidimos en enero de 2020 en Nouakchott durante OBÛR. Creo que ahondar en la historia de Mauritania puede ayudar a resolver muchas dudas relacionadas con el patrimonio en el norte de África e incluso en España.
REFLEXIONES
Después de una primera experiencia bastante positiva andando por el desierto en Mauritania, podría parecer lógico que a partir de ahora concentrara mis esfuerzos en este país en lugar de continuar las investigaciones en Marruecos, pero todavía quiero, necesito, seguir las exploraciones en territorio marroquí. Me gustaría hacer la ruta entre Tissardmine y Figuig (que había programado en 2020 y tuve que anular por la COVID) para completar las rutas a lo largo del borde geográfico que constituyen las regiones presaharianas que, además, era dónde se ubicaban los puertos saharianos como Sijilmasa, Taragalte, Tamedoult y Noul Lamta. Más adelante me gustaría ir hacia el norte, desde Zagora a Marrakech y desde Rissani a Fez para terminar la ruta Fez-Ceuta.
Ahora bien, es cierto que los conflictos en la región del Sahel pueden, en cualquier momento, hacer intransitables algunas zonas mauritanas por lo que sería mejor priorizar rutas como la que me encantaría hacer entre Tidjikja y Oualata, antes de que empeore la situación en la frontera con Mali (490 km, 22 días) y luego Tidjikja-Kiffa (220 km, 10 días) o bien Chinguetti-Zouerat (330 km, 15 días). Todo dependerá de la coordinación con las fechas de Caravane Ouadane, de mi propia disponibilidad y de la de aquellos que pudieran acompañarme.
Algo que es recurrente cada vez que preparo una caravana es si la voy a hacer solo o en grupo. Algunas personas suelen contactarme antes de cada qafila porque han visto información de las anteriores y les gustaría vivir la experiencia. La mayoría de las veces son amigos, conocidos o amigos de amigos, el problema es que la mayoría no tienen experiencia en hacer senderismo por el desierto (quizás en regiones montañosas de Marruecos o de otros países) y piensan que es lo mismo, sin ser conscientes de los efectos que el sol, el calor y la arena puede tener en su propio organismo y por tanto en su rendimiento. Sin embargo, el aspecto que me resulta más difícil de explicar es la importancia de tener un sentido del compañerismo y de la generosidad durante una caravana, especialmente si es en Mauritania donde hay una densidad de población muy baja y una infraestructura viaria deficiente, lo que significa que si hay algún problema, afectará al resto del equipo al no poder evacuar al enfermo. En una caravana nuestros actos individuales son también los de todos, por lo que si alguien no ha realizado un entrenamiento físico y mental adecuado o no está acostumbrado a este tipo de naturaleza salvaje, puede provocar un mal ambiente en el grupo que puede además derivar en una pesadilla.
Comparando la experiencia de caminar solo o en grupo, debo decir que preferiría hacer la próxima caravana solo, y así no tener que preocuparme por mis compañeros de viaje. Sin embargo, también debo decir que durante Qafila Khamisa he tenido momentos en los que eché mucho de menos a algunos de mis amigos con los que tengo una conexión especial gracias a nuestro interés común por el desierto (todos ellos ya han hecho una caravana) y con quienes me encantaría volver a andar y compartir experiencias, sabiendo que a ellos (Benabdallah, Bouhchichi, Dabah, Hida…) también les encantaría.
En cuanto a los medios que utilizo para documentar las caravanas, he notado una evolución desde la primera hasta esta esta última. En las primeras solo usaba cámaras analógicas para hacer fotos y videos (Sprocketrocket, Lomokino y Bolex 16), sin embargo en esta prácticamente solo he utilizado el iPhone ya que la Lomokino se rompió al cargar el primer carrete y la Leica M6 no la he podido utilizar mucho para protegerla de la arena los días de viento, que fueron numerosos.
Así pues, examinando todas las fotos hechas durante Qafila Khamisa me he dado cuenta de que había caído en la trampa de los colores de los paisajes del desierto y siento como si hubiera perdido, de alguna manera, la esencia del desierto, usando casi exclusivamente un iPhone. ¿Necesito evitar el uso de cámaras digitales? Creo que la inmediatez del teléfono me ha llevado inconscientemente a un relato concreto del viaje donde las fotos, los videos y los textos se han ido enfocando más hacia cómo iba a publicar la rutina en mi web en lugar de reflejar lo que el desierto me iba enseñando en cada etapa, aunque ese material no tuviera una coherencia narrativa, es decir, la futura publicación en mi página web (es decir esta) ha condicionado las herramientas y los temas tratados con ellas.
Para la próxima caravana es probable que necesite repensar lo que voy a documentar y cómo voy a hacerlo. Sé que necesito una cámara analógica, pequeña, de plástico, que pueda llevar conmigo todo el tiempo y que pueda usar rápidamente sin tener miedo de que la arena provoque una avería (será muy probablemente una Olympus XA). Más difícil será reemplazar el iPhone para hacer los vídeos ya que la Lomokino no es muy fiable, tal vez use una cámara Super 8 ya que la Bolex h16 es demasiado pesada para llevarla hasta Mauritania. Aunque quizás debería concentrarme en hacer dibujos rápidos mientras camino y en escribir mis pensamientos y no tanto la rutina del día a día en mi diario. De cualquier manera, estoy contento y feliz de poder probar y experimentar en cada caravana formas de documentar la investigación, ya veremos lo que dará de sí la próxima caravana, la sexta; QAFILA SADISA.
Credit videos, pictures, texts and drawings: Carlos Perez Marin
Cameras: iPhone XS Max and Leica M6 (Ilford FPE Plus 125)