1. prefacio
Si se lanzara un concurso para construir un hábitat para 300.000 personas, utilizando solamente medios materiales y tecnológicos del lugar, con un consumo energético casi nulo y teniendo en cuenta unas condiciones climatológicas extremas (con temperaturas medias superiores a las 40 ºC durante los meses de verano y mínimas en invierno cercanas a los 0 ºC), a cualquiera le parecería una utopía. Pues bien, ese lugar existe y está en Marruecos.
El valle del Drâa en Zagora (Marruecos), tiene una longitud de 200 km, contiene 5 palmerales (Mezguita, Tinzouline, Ternata, Fezouata, Ktaoua y M’hamid) y alberga 300 alcázares, alcazabas y zawiyas, que aunque muchos de estos lugares han sido abandonados, un gran número de ellos continúan ocupados. Pese a que en los últimos 20-30 años la población se está concentrando en nuevas ciudades o en los alrededores de los principales alcázares, durante siglos este valle (como también lo fue el valle del río Ziz en Errachidia) ha sido un ejemplo de desarrollo sostenible, pero del de verdad, no de los que cumplen una serie de requisitos normativos, administrativos o comerciales (como ocurre con la certificación BREEAMEN). Por desgracia, las nuevas ciudades y centros emergentes que están surgiendo en esta región, están siguiendo un desarrollo urbanístico en el que prima una idea equivocada de modernidad y una denigración de los modos de vida tradicionales, creando problemas que habían sido resueltos por la construcción vernácula, compuesta no solo de edificios, también de espacios agrícolas (recordemos que los oasis no son espacios naturales sino artificiales). Esta simbiosis entre arquitectura y agricultura debería ser un modelo de desarrollo para un futuro, ya que permite una autosuficiencia casi total en muchos aspectos, el económico y el energético entre otros.
En el valle del Drâa las construcciones pueden situarse en el interior del oasis o en el borde, dependiendo de la orografía del valle, pero el hecho de vivir en el interior hace que la temperatura disminuya en 6 ºC tal y como algunos amigos han podido medir en Amezrou (palmeral de Fezouata). Si además las construcciones son de tapial (pero con espesores de 100-120 cm y no de 50 cm como las construcciones modernas del mismo material), la reducción de la temperatura es mucho mayor (aún no la hemos podido cuantificar y comparar con las construcciones de bloques de hormigón por falta de medios), llegando a crear espacios en los que en verano, aún estando a 44 ºC, ni siquiera es necesario el uso de ventiladores.
Pero lo realmente interesante no es la imagen ni los espacios generados (Habitat en Régions Présahariannes), sino la mentalidad que hay detrás de todo ello, la cual permite adaptarse a un medio tan hostil como el desierto, con las herramientas que ofrece la naturaleza. Si en el emplazamiento hay tierra para ejecutar muros de tapial y ladrillos de adobe, ese será el principal material, pero si lo que abunda es la piedra, entonces los muros variarían en dimensiones y disposiciones. Lo mismo ocurre con las estructuras horizontales, si el principal árbol del oasis es la palmera, los forjados se ejecutarán con troncos de palmeras y las ramas y hojas se utilizarán para múltiples usos (alfombras, entrevigados, utensilios domésticos, fuente de energía…). Sin embargo, si el árbol predominante es el tamarisco, la acacia o el chopo, las estructuras variarán y también los espacios, generalmente con mayor amplitud. El objetivo es adaptarse con sus propios medios, generalmente muy escasos. Esta manera de entender el medio (y la vida) puede llevarse aún más al extremo cuando se trata de nómadas que se desplazan por la planicies y llanuras desérticas y para los que un árbol puede tener el mismo sentido y uso que todo un oasis, sin necesidad siquiera de utilizar la jaima, ni en invierno ni en verano (solo lo harán en caso de lluvia o viento).
Quedémonos con esa mentalidad, adaptación al medio y aprovechamiento de los escasos recursos naturales, pero cambiando de latitud geográfica. Pensemos en Ceuta y centrémonos en la cuestión energética, uno de los principales problemas históricos al tener la consideración de isla energética y depender de una costosísima y mediambientalmente nada eficiente central térmica.
Los planes de futuro de la Ciudad Autónoma de Ceuta pasan por la construcción de un cable submarino que nos conectará con la Península y que en teoría sustituirá la central actual. Un proyecto cifrado en 221 millones de euros que tenía que haber entrado en servicio en 2020 (ahora incluido en la propuesta de planificación de la red de transporte de energía eléctrica para el periodo 2021-2026) y que a día de hoy aún se desconoce dónde se ubicará la subestación eléctrica del lado europeo. Por otro lado, y debido a la experiencia con el cable submarino que conecta la Península y Marruecos, es probable que haya accidentes que supongan un corte en el suministro eléctrico, por lo que será necesario mantener activa la central térmica. Ante esta situación me asaltan unas preguntas:
¿realmente necesitamos la inversión del Estado para conectarnos con un cable a la red nacional de energía? ¿No hay alternativas o es que era más fácil pedirle al Gobierno central esta infraestructura para evitar tener que pensar otras soluciones?
Esta manera de actuar se ha convertido en la principal característica de nuestros representantes y gobernantes, en lugar de enfrentarse a los problemas (algunos generados por los propios políticos locales) y buscar soluciones con nuestros propios medios, la mentalidad, desgraciadamente instaurada en nuestra sociedad, ha sido la de llorarle al Estado para que gastara más dinero en Ceuta, si tan siquiera hacer un diagnóstico de los problemas y un análisis de las soluciones, de tal manera que el principal problema de Ceuta no es ni su limitada geografía, ni Marruecos, ni la economía mundial, ni la COVID-19, ni sus políticos, el principal problema que tenemos es nuestra propia mentalidad. Las políticas locales han convertido un complejo de inferioridad en un victimismo instaurado en todos los niveles de la sociedad y cuyo único remedio, creemos, se encuentra en la inversión continua y perenne del Estado, provocando el anquilosamiento de la ciudad.
Desgraciadamente no vamos a cambiar de actitud, tal y como se ha visto en la gestación del Plan Estratégico de la Ciudad, que ha mutado en un listado de medidas, Por un futuro más estable y seguro para Ceuta en el que la única mención a la producción de energías es Establecer un plan de fomento para las energías alternativas, rechazando las propuestas del Colegio Oficial de Arquitectos en ese sentido (elaboración de una Ley Cambio Climático y la Transición Energética específica para Ceuta; rehabilitación integral de viviendas y del entorno construido; convocatoria de un concurso de ideas para pensar la ciudad dentro de 50 años con el objetivo de alcanzar la autosuficiencia energética…). La ausencia de reflexión profunda nos llevará a seguir desaprovechando las oportunidades que nos plantea la Unión Europea, esta vez con el Plan de recuperación para Europa, gestionado por el Gobierno Central como Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Donde la Unión Europea ve una oportunidad para cambiar el modelo económico que posibilite una transición ecológica, en Ceuta, nos lo vamos a tomar como una fuente de ingresos para poder seguir gastando, que no invirtiendo, y así poder ganar las siguientes elecciones.
2. introducción
Nos encontramos ante un momento histórico (aunque sea contradictorio, lo es gracias a la pandemia), con la llegada de una fuerte inversión desde Europa que nos debería permitir ser autosuficientes desde el punto de vista energético, siempre y cuando nos lo creamos y pongamos los medios y los métodos de trabajo oportunos, tal y como recomienda el informe de Monitor Deloitte para Endesa: Los Territorios No Peninsulares 100% descarbonizados en 2040: la vanguardia de la transición energética en España. Este estudio propone que Ceuta, al igual que Canarias, Baleares y Melilla, se convierta en un laboratorio para la transición energética, transición que no es una opción sino una obligación impuesta por la Unión Europea y que de nosotros dependerá que sea traumática, con penalizaciones por no acometer las reformas e implantar las medidas exigidas (como ya ocurrió con el tratamiento de residuos sólidos y de las aguas fecales), o que sea un instrumento para sacarnos de las crisis y establecer las bases para nuestro futuro.
¿Es posible y realista la autosuficiencia energética en Ceuta?
Actualmente nuestra fuente de producción energética es la central térmica de Endesa, que tiene una potencia instalada anual de 98,98 MW (utilizando motores diésel y empleando fuel-oil como combustible y turbina de gas en ciclo abierto que utiliza gasóleo). Según el informe elaborado para Endesa, la ciudad va a incrementar la demanda eléctrica anual de 2019 a 2040, pasando de 208 GWh a 466 GWh y utilizará como energía la que le llegue a través de la conexión a la red eléctrica de la Península. Pero en dicho informe se pide “mantener cierta capacidad de generación firme, para funcionar en caso de incidencia en el cable submarino (situación que ya se ha dado en la interconexión entre España y Marruecos)”. Pero, ¿seríamos capaces de producir tal cantidad de electricidad utilizando solo los recursos naturales? Pues depende de la actitud con la que afrontemos el problema. Una actitud victimista nos llevará a una situación catastrofista donde solo la inversión del Estado podrá salvarnos. Una actitud como la de los habitantes del desierto, nos obligará a pensar, investigar e innovar y seguramente lleguemos a la conclusión de que somos unos afortunados por contar con unos recursos energéticos, naturales y renovables que ya quisieran muchas ciudades.
Sin ánimos de realizar un estudio técnico pormenorizado, me he dedicado a analizar los estudios ya realizados sobre la ciudad en materia energética, así como las diferentes investigaciones existentes en el campo de las energías renovables y sus posibles implantaciones en la ciudad, sin establecer correlaciones o compatibilidades entre las mismas. Veamos cuánta energía podríamos obtener de nuestros recursos naturales: sol, aire y agua.
3. sol
Desde que se aprobó en 2018 el Real Decreto-ley 15/2018, de 5 de octubre, de medidas urgentes para la transición energética y la protección de los consumidores, derogando el polémico y popularmente conocido como “impuesto al sol” (vigente desde 2015), las posibilidades del autoconsumo energético han dado un importante vuelco. Hasta hace unos años, los precios de los paneles fotovoltaicos (para producir electricidad) solo eran rentables en instalaciones a gran escala, quedando para las viviendas colectivas e individuales los paneles solares (para producción de agua caliente sanitaria). Hoy en día, con la mejora de la tecnología fotovoltaica y con la bajada de precios, hace que su uso empiece a generalizarse en los edificios de viviendas colectivas, ya no solo para calentar agua, también para cubrir los consumos de alumbrado de las zonas comunes.
Pero, ¿son rentables los paneles fotovoltaicos en nuestra ciudad? Según Monitor Deloitte y comparándonos con el resto de comunidades autónomas, los datos indican que somos una de las “comunidades” con mayor potencial y sin embargo el aprovechamiento que hacemos de este recurso es nulo.
irradiación global media kWh/m²-día
potencia instalada MW/mil km² en 2018
Lo primero que necesitamos saber es si tenemos suficientes días de sol al año en Ceuta para que la energía fotovoltaica sea una opción real, pues bien, según la Agencia Estatal de Meteorología la irradiancia en Ceuta en KW/h por m² día sería la siguiente.
La media se situaría en 5,1 Kwh por metro cuadrado y por día lo que significaría que en Ceuta, un metro cuadrado podría producir 1861,5 Kwh al año, situándose en una de las más altas de España. Utilizando un caso práctico de una oferta para un edificio de viviendas en el centro de la ciudad, se plantean 30 paneles fotovoltaicos de 350 W que funcionarían durante 2.612 horas de sol al año (27.426 KWh), considerando solo el 45 % al tener en cuenta los rendimientos por orientación, inclinación, limpieza y posibles sombras, tendremos una capacidad de 12.350 KWh anuales.
Utilizando esos valores de rendimiento y de precio pero aplicados a toda la ciudad, podríamos tener una idea de la producción de energía que se podría obtener situando paneles fotovoltaicos en todas las cubiertas de la ciudad.
Gracias a los datos del GIS, en el que está trabajando la Ciudad, sabemos que la superficie total de cubiertas en Ceuta es de 1.645.722 m². Consideremos solo el 30 % la superficie, descartando así cubiertas en mal estado y de difícil acceso y disposición de los paneles (que deben situarse orientados al sol y con una inclinación de 30º). La superficie de paneles fotovoltaicas sería de: 493.716 m².
Si esos paneles tuvieran una potencia máxima de 450 W (150 € por panel), tendrían unas dimensiones de 1952 x 992 mm que al estar inclinados 30º ocuparían una superficie de 1,69 m². Es decir, 493.716 m² podrían albergar 292.139 paneles, lo que supondrían 131,46 MW. Considerando el mismo número de horas de sol al año (2.612h) y el rendimiento del 45 %, la energía generada anualmente podría llegar a: 154,52 GWh
Pero también se podrían instalar paneles en superficies sin construir, de hecho, la Comunidad Autónoma de Baleares estableció en su Ley de Cambio Climático y Transición Energética (aprobada en 2019), en su artículo 53 el “Aprovechamiento de los grandes aparcamientos en superficies y de cubiertas”.
1.Los espacios destinados a las plazas de estacionamiento de todos los nuevos aparcamientos de titularidad privada en suelo urbano ubicados en superficie que ocupen un área total superior a 1.000 metros cuadrados se cubrirán con placas de generación solar fotovoltaica destinadas al autoconsumo de las instalaciones asociadas al aparcamiento.
2. En aquellas instalaciones existentes de titularidad privada con aparcamiento en superficie en suelo urbano que ocupe un área total de 1.500 metros cuadrados o más, y cuente con una potencia contratada de 50 kW o más, se incorporará generación solar fotovoltaica para autoconsumo, bien en el espacio de aparcamiento, bien en la cubierta de las instalaciones.
3. Se cubrirán con placas solares de generación fotovoltaica los espacios destinados a las plazas de estacionamiento de todos los aparcamientos de titularidad pública en suelo urbano ubicados en superficie que ocupen un área total superior a 1.000 metros cuadrados.
4. Los consejos insulares podrán establecer obligaciones de incorporación de generación renovable en aparcamientos ubicados en suelo rústico.
5. Sin perjuicio de lo establecido en la normativa básica estatal, se incorporará generación solar fotovoltaica para autoconsumo en las cubiertas de edificaciones en suelo urbano con una superficie construida superior a 5.000 metros cuadrados, o en aquellas con una superficie en planta superior a 1.000 metros cuadrados.
Esta disposición será de aplicación en edificios de nueva construcción y en aquellos existentes que sean objeto de una reforma integral o cambio de uso. Quedan exceptuados aquellos edificios con cubierta de fibrocemento.
6. De forma excepcional, se podrá solicitar a la consejería competente en materia de cambio climático la exención de las obligaciones establecidas en este artículo por motivos de inviabilidad técnica o de protección del paisaje o del patrimonio cultural, previo informe favorable del ayuntamiento correspondiente.
7. Los planeamientos urbanísticos municipales se adaptarán a las previsiones de este artículo y podrán establecer excepciones por razones técnicas, de protección del paisaje o del patrimonio cultural.
8. En edificaciones o cubiertas industriales con una superficie en planta inferior o igual a 1.000 metros cuadrados con techos no aptos para implantación de instalaciones fotovoltaicas, se favorecerá su sustitución por techos que sean aptos para estas a través de incentivos fiscales o líneas de apoyo específicas para este tipo de reformas.
9. Para facilitar la integración de proyectos de generación renovable en entornos urbanizados y lograr una mayor penetración de renovables en cubiertas y aparcamientos, cuando sea necesaria la conexión de las diferentes partes de un mismo proyecto para asegurar la viabilidad económica y que esta se tenga que hacer a través de suelo público, el Gobierno de las Illes Balears facilitará las servidumbres. Reglamentariamente se definirán los criterios y el procedimiento.
Si tuviéramos que aplicar una ley como la de Baleares en Ceuta, ¿qué superficies urbanas tenemos mayores de 1.000 m² y susceptibles de ser utilizadas para instalaciones fotovoltaicas?
Aparcamientos Pozo del Rayo: 2.000 m² / Chorillo: 7.385 m² / Mercadona: 5.400 m² / Puerto: 12.000 m²
Explanadas zona de embarque del puerto: 26.000 m² / muelle de Poniente: 51.500 m²
En total tendríamos 102.275 m² de los que consideramos solo el 50 %, esto es, 51.000 m². Con dicha superficie se podrían instalar 30.177 paneles fotovoltaicos de 450 W (potencia nominal 13,57 MW) que con 2.612 horas de sol al año y un rendimiento del 45 % darían lugar a 15,96 GWh año.
La potencia que se podría instalar en Ceuta solo con paneles fotovoltaicos sería de 145 MW / 170,48 GWh año
4. aire
El Atlas Eólico de España 2011-2020, elaborado por el IDAE, contiene un apartado específico para Ceuta. Dicho estudio concluye que la ciudad está penalizada por su reducida superficie (19 km²) y por la escasez de terreno susceptible de ser utilizada (solo 6 km²) ante las afecciones de defensa, Red Natura, carreteras, suelo urbano… El estudio también aclara que prácticamente todo el territorio (el 99,95 %) tiene una velocidad media superior a 6 m/s a 80 m de altura, situación considerada como ideal para el aprovechamiento del viento. Otro parámetro interesante es el de densidad de potencia como referencia de recurso teóricamente aprovechable, con un valor de 250 W/m², valor que se alcanza al menos en el 99,95 % del territorio, siendo la media española de 22,76 %. Datos que coinciden con los recopilados por Monitor Deloitte para Endesa.
% de superficie con velocidad de viento >6m/s a 80 m de altura
potencia instalada MW/mil km² en 2018
Como se observa, el potencial de este recurso es considerable, si no estuviéramos penalizado por la superficie susceptible de instalar aerogeneradores. La estimación que hacen para los 6 km² es de un potencial eólico de 25 MW, que ajustado al rango de horas anuales (2.975-3.175 h), darían lugar a 70-80 GWh/año.
4.1 eólica marina
Esa falta de terreno para la instalación de aerogeneradores podría ser suplida o complementada por la eólica marina, sin embargo el Estudio Estratégico Ambiental del Litoral Español (EEALE) para la Instalación de Parques Eólicos Marinos de 2009, excluía expresamente a Ceuta y Melilla. ¿Las razones? No dan explicaciones pero las aguas de Ceuta no están incluidas en el Parque Natural del Estrecho de Gibraltar, por lo que no habría restricciones de carácter general. Probablemente el motivo sea la delimitación de las aguas territoriales por parte de España y Marruecos en el ámbito del estrecho de Gibraltar, asunto que España va a tener que negociar toda vez que nuestros vecinos han aprobado en su parlamento la delimitación de sus aguas. En este sentido, Marruecos nos ha hecho un favor porque va a obligar a una negociación que no de culminar en un acuerdo, será el tribuna internacional de la ONU quien haga las delimitaciones. De esta manera saldremos de un limbo que “impedía” a los gobiernos autonómicos y central tomar decisiones fundamentales y de carácter de estado para nuestra ciudad en relación a la instalación de aerogeneradores marinos y a las posibles extensiones de la ciudad en el mar. ¿Cómo podría afectarnos la delimitación de la aguas territoriales? El catedrático de Geografía de la Universidad de Sevilla, Juan Luis Suárez de Vivero, ha trabajado sobre el asunto (presentaciones en pdf y en vídeo) y sobre otros aspectos que serán necesarios tener en cuenta para la posible ubicación de aerogeneradores marinos, como el estudio sobre la Estructura Regional Jurisdiccional del Espacio Marítimo en el Estrecho desarrollado dentro del proyecto MARINE PLAN, Política y Planificación Espacial Marítima. La delimitación de las aguas del Estrecho, según Suárez de Vivero, podría ser esta.
Volviendo a la energía eólica marina en Ceuta y sus posibilidades, según la Asociación Empresarial Eólica no hay todavía ningún parque eólico marino en España, mientras que la Unión Europea prevé que en 2030 la eólica marina proporcione el 14 % de la demanda de electricidad, superando así a la terrestre. Uno de los problemas para su desarrollo ha sido el alto coste de instalación, pero advierten que este se ha reducido en un 70 % en los últimos 5 años, además, en determinadas circunstancias, la eólica marina ya es competitiva con otras energías. En 2014 el coste de la eólica marina de cimentación fija era de 150 €/MWh y en 2019, 44 €/MWh, pero la Agencia Internacional de la Energía prevé que se reduzca aún más en 2030, 30-40 €/MWH. Otra mención aparte sería la eólica flotante, que ya permite la instalación en lugares donde antes era inviable por las profundidades, si bien, el coste sigue siendo muy elevado para parques pequeños, 180-200 €/WMh, aunque se espera que la reducción de costes sea aún más rápida que la fija, gracias a la experiencia adquirida en la segunda. Para entender un poco mejor la importancia de esta energía, algunos países europeos han incluido sus objetivos en sus Planes Integrados de Energía y Clima para 2030, destacando UK con una producción de 30 GW, Alemania 16 GW, Holanda 12 GW, Francia 5 GW, Polonia 5 GW… En España no hay de momentos objetivos establecidos.
De los proyectos de parques eólicos marinos en España, la región que está mostrando un mayor interés es Canarias. Ellos no tienen la posibilidad de conectarse a la península con un cable, por ello están obligados a buscar alternativas. Hay 4 en tramitación y destaca el de la costa sureste de Gran Canaria, frente al barranco de Tirajana, con una potencia de 144 MW, utilizando 12 aerogeneradores sobre plataformas flotantes de 12 MW.
En Canarias emplearán aerogeneradores de Siemens Gamesa (que recordemos tienen una fábrica a 60 km de Ceuta, en la nueva ciudad de Charafate, junto al parque industrial de Renault en Tánger) que llegarán a alcanzar los 14 MW y 222 m de diámetro (SG 14-222 DD), aunque tienen otros modelos más pequeños (SG 8.0-167 DD) de 8 MW y 167 m de diámetro. Para hacernos una idea, el monte Hacho tiene una altura de 204 m, es decir que un aerogenerador de 14 MW lo superaría en altura, aunque instalando 4 superaríamos la demanda actual de 50 MW. De todas maneras, si nos fuéramos a un modelo inferior de 8 MW, necesitaríamos 6.
Como se puede observar en estos gráficos, la instalación cerca de la costa traería consecuencias sobre el paisaje que seguramente no fuera aceptada por los habitantes, algo lógico.
Para encontrar una posible ubicación de los aerogeneradores marinos habría que tener en cuenta el paisaje; la Junta de Andalucía aconseja situarlos a 8 km de la costa para que no tengan tanta presencia visual.
Otro condicionante serían las zonas afectadas por las aves migratorias, en sus ejes norte-sur y este-oeste. Según el programa MIGRA desarrollado por SEO/BirdLife, en el que hacen un seguimiento de distintos tipos de aves mediante dispositivos emisores satélite, data logger GPS y geolocalizadores, las aves terrestres cruzan por la zona donde menos distancia hay entre Europa y África (la variación de los límites este o oeste viene determinado por la dirección e intensidad de los vientos). Por otro lado, las aves marinas pueden ir costeando por el Mediterráneo antes de adentrarse en el Atlántico o viceversa (movimientos pardela cenicienta en el Estrecho 1 y 2). Estos movimientos nos obligan a intentar evitar la instalación de los aerogeneradores en estas zonas, si bien, los estudios realizados sobre el impacto de los aerogeneradores en los movimientos migratorios de las aves no concluyen que haya que impedir la ubicación de un parque eólico en una zona de paso de aves.
Aún hay más restricciones, las profundidades. La tecnología desarrollada actualmente recomienda profundidades como máximo de 30 metros para que las instalaciones sean viables económicamente, incluso se podría llegar a los 50 m. Como vemos en el mapa morfobatimétrico del estrecho de Gibraltar del Instituto Español de Oceanografía, las únicas zonas posibles serían en las bahías norte y sur, demasiado cerca de la costa y de las áreas de tránsito de aves. Tampoco nos podemos olvidar de las afecciones impuestas por defensa y los canales de navegación.
A pesar de todos los condicionantes, aún podemos encontrar una posible ubicación para los aerogeneradores, si bien estos no podrán ser fijos sino flotantes al situarse en una zona donde las profundidades pueden alcanzar los 700 m.
La tecnología necesaria para la instalación de aerogeneradores flotantes no está tan consolidada como la fija, pero se espera que en los próximos 5 años esta se equipare, aprovechando la experiencia adquirida en la segunda. Esta diferencia tecnológica se traduce en los presupuestos de los parques eólicos. El coste de instalación de aerogenarodores terrestres estaba en el año 2019 en 1.4 millones por MW (según un informe de la asociación que reúne a las principales empresas eólicas Wind Europe), mientras que el marino está en 2,5 y es probable que este último disminuya aún más, equiparándose a la terrestre. El proyecto de parque eólico flotante más avanzado es el de WindFloat en Viana do Castelo (Portugal), con tres aerogeneradores, cada uno con una capacidad de 8,4 MW. Empleando la misma tecnología y considerando todos los condicionantes mencionados anteriormente, en Ceuta podríamos instalar 14 aerogeneradores de 8,4 MW y la potencia instalada sería 117,6 MW, con un coste de 165 millones de euros (el cable eléctrico tiene un presupuesto inicial de 221 millones, pero solo para transportar la electricidad, no para producirla).
Para conocer el potencial eólico en términos de generación eléctrica neta, el Atlas Eólico establecía (a falta de datos más precisos) un rango entre 2.975 y 3.175 horas al año en el que la velocidad del viento media es de 7,81 m/s. Así, para los 25 MW que se pueden instalar en tierra firme, el documento prevé una capacidad entre 70 y 80 GWh al año. Utilizando los mismos datos pero aplicados a los 14 aerogeneradores flotantes (que probablemente tengan mejores condiciones de viento), el parque eólico marino podría producir 350 GWh al año, ahora bien, como vemos en el plano con la posible ubicación de los aerogeneradores, las “teóricas” aguas territoriales permitirían instalar aún más generadores; instalando 19, se alcanzaría la demanda estimada para 2040, 463 GWh al año.
4.2 eólica urbana
Pero el viento también puede ser aprovechado en una escala doméstica con el uso de miniaerogeneradores (hasta 100 Kw). He hecho un ejercicio para ver cuál podría ser la potencia instalada en el edificio de viviendas donde vivo (plaza de la Maestranza), dado que siempre tenemos vientos de levante y de poniente azotando. Utilizando las herramientas que proporciona ENAIR es posible hacer una aproximación tanto de las velocidades medias de viento en un punto concreto, como de la energía generada usando sus aerogeneradores. La velocidad media del viento estaría en 7,5 m/s (27 km/h), valores superiores a 6 m/s (21,6 km/h) que según el Atlas Eólico de España, serían óptimos para la eficiencia de los aerogeneradores (pero los terrestres de grandes dimensions y de más de 5 MW). Hay que tener en cuenta que hemos considerado la altura de la cubierta del edifico sobre el nivel del mar, 55 m, mientras que el Atlas Eólico establece 80 m. Utilizando el modelo más pequeño Enair 30pro, se llegaría a 28 KWh/día (10.215 KWh/año). Este aerogenerador tiene una potencia nominal de 1,9 KW (máxima de 3 KW) y es operativo con vientos entre 2 y 30 m/s (7,2-108 km/h). Sin embargo este modelo tiene un inconveniente, puesto que tiene un diámetro de 3,8 m, un peso de 125 kg y produce 48 dB de ruido (un 1 % más que el ruido ambiente del viento, que para 7 m/s puede producir entre 50 y 60 dB). El peso, sus dimensiones y su anclaje puede ser un problema, pues no se podría ubicar en cualquier cubierta y en cualquier sitio.
Ante la problemática, u oportunidad según se mire, de instalar aerogeneradores en las ciudades, se han desarrollado aerogeneradores de eje vertical, que ocupan menos espacio, su peso es menor y el ruido producido es más reducido, si bien, el rendimiento de la mayoría de modelos es inferior al indicado, o solo se alcanza en los límites de las velocidades admisibles. La empresa Smarttwister tiene un modelo, SMARTTWISTER ST-3500 con las siguientes características:
3,5 kW (potencia nominal); ⌀ 0,34 m; h = 1,469 m; 50 kg; 0,5 dBA; 3.000 €
Según la curva de potencia, empieza a producir electricidad (1 kw) a partir de 1,5 m/s, alcanzando la potencia nominal (3,5 kW) con velocidades de 6,5 m/s. Con estas dimensiones y pesos, este aerogenerador se podría colocar casi en cualquier edificio, ahora bien, ¿hay viento suficiente en las zonas urbanas de Ceuta como para aprovechar este recurso? Esa sería precisamente una de las labores que debería llevar a cabo la Ciudad, colocar pequeñas centrales meteorológicas en las cubiertas de los edificios, en todos aquellos sectores susceptibles de obtener un rendimiento energético a partir del viento.
Aún sin datos concretos, basta con darse un paseo por los barrios durante un día de fuerte levante o poniente, para cerciorarnos que los edificios o acantilados situados a levante o poniente no tienen porqué suponer un impedimento y que el viento también llega a los edificios situados tras estas supuestas barreras. García Chávez y Fuentes Freixanet muestran de manera gráfica (y muy pedagógica) en su libro Viento y Arquitectura, el comportamiento eólico en los elementos de una ciudad. Quiero dejar claro que la aerodinámica de una ciudad es un tema muy complejo, pero con suficientes datos se podría obtener un modelo bastante aproximado de la realidad y ello permitiría que las comunidades de vecinos pudieran contar con información para poder decidir si merece la pena o no instalar estos aerogeneradores. Actualmente, cuando se le pregunta a una empresa instaladora de elementos de producción energética en viviendas colectivas, todas rehuyen la eólica al no tener información, que como mínimo se tarda un año en obtener (si se quiere tener cierta fiabilidad), lo que impide el desarrollo de este mercado y de esta tecnología en Ceuta.
En la publicación antes mencionada podemos tener una idea del comportamiento del viento ante la presencia de obstáculos (edificios, árboles…). En la siguiente sección (redibujada del libro Viento y Arquitectura) se aprecia lo que ocurre cuando un edificio se interpone en el viento.
En dos secciones realizadas en la zona de la Almina, observamos cómo los perfiles conformados por la topografía y los edificios adaptan una forma casi aerodinámica, lo que facilita que haya viento casi en todas las cubiertas, tanto con levante como con poniente, hecho que puedo constatar en mi propia vivienda pese a estar al “abrigo” del levante por la proximidad y mayor altura de la barriada Pasaje Recreo Alto.
Supongamos que efectivamente pudiéramos aprovechar el viento instalando aerogeneradores de eje vertical (SMARTTWISTER ST-3500) en las cubiertas de los edificios. No he encontrado cálculos que den una idea de la energía que podría producir, como ocurría con el modelo de Enair de eje horizontal (Enair 30Pro), pero hagamos una extrapolación a partir de los datos generados por la aplicación con el modelo de Enair mencionado (potencia nominal 1.900 kW) y con el modelo superior Enair 70Pro (potencia nominal 4.000 kW). En teoría podríamos tener los siguientes resultados:
3 kw / 35,1 kWh al día / 12.813 kWh al año
Ahora necesitamos saber cuántos aerogeneradores podríamos instalar en las cubiertas y para ello es fundamental saber la distancia entre los mismos para que el rendimiento sea óptimo. Tras leer con atención la investigación Increasing the Power Production of Vertical-Axis Wind-Turbine Farms Using Synergistic Clustering podemos saber que entre las tres posibles disposiciones, la que obtiene un mayor rendimiento sería la agrupación de tres aerogeneradores, pero la información es muy útil porque pueden darse situaciones donde solo se puedan instalar dos.
Atendiendo a las recomendaciones de este estudio, tendríamos que colocar agrupaciones de tres elementos formando un triángulo equilátero de 170 cm entre ejes. La distancia entre conjunto de aerogeneradores tendría que ser también 170 cm. A priori nada impediría que los aerogeneradores se colocasen todos en línea.
Para saber cuántos aerogeneradores de este tipo se podrían instalar en las cubiertas de la ciudad, hemos hecho un cálculo rápido midiendo las longitudes de calles donde se alinean fachadas de edificios susceptibles de aprovechar el viento.
Tenemos 26.300 m de los que solo vamos a considerar la mitad, 13.150 m, descontando calles transversales y elementos que puedan impedir la instalación en las cubiertas. Dividiendo dicha longitud (13.150 m) entre 3,4 m (distancia entre ejes de agrupaciones) obtenemos un total 3.867 conjuntos, como cada uno tiene tres elementos, el número total de aerogeneradores que podríamos ubicar sería 11.603. Hemos visto que la potencia que puede desarrollar el modelo Smarttwister s-3500 es de 35,1 kWh al día y de 12.813 kWh al año. En función de la dirección del viento, no todos los aerogeneradores van a tener el mismo rendimiento, así que minoremos un 70% la potencia de cada uno. El total de la eólica urbana podría ser:
11.603 ud x 12.813 kWh año x 0,7= 104,06 GWh año
4.3 Aerotermia
El aire también puede ayudar a la producción energética gracias al intercambio térmico (y con la ayuda de una bomba de calor), de hecho la aerotermia es una tecnología que empieza a generalizarse por su bajo coste de instalación y su rendimiento que puede estar en torno al 400 % (cuando las temperaturas bajan de los 5º C o superan los 35º C los rendimientos se reducen considerablemente), eso quiere decir que por cada kW que consume, es capaz de generar 4 kW. Esta fuente de energía se utiliza fundamentalmente para climatización (tanto calefacción como refrigeración) y para el agua caliente sanitaria, con un ahorro considerable respecto a los sistemas eléctricos (calefactores, radiadores y aparatos de aire acondicionado) que son los más utilizados en Ceuta. Aún siendo un sistema muy eficiente, sigue necesitando un aporte de energía, que puede venir de la red eléctrica o de sistemas de producción de energías renovables, como los paneles fotovoltaicos o los miniaerogeneradores, en tal caso, el consumo sería cero. Hoy en día las empresas instaladoras de paneles fotovoltaicos en Ceuta ya están ofreciendo la posibilidad de complementarlos con equipos de aerotermia, con lo que se trata de una tecnología de presente y no de futuro.
Para saber la energía que podría aportar la aerotermia, hemos cogido los datos de consumo eléctrico por metro cuadrado de vivienda en Ceuta que aparecen en el documento del IDAE, Escala de Calificación Energética para Edificios de Nueva Construcción:
calefacción: 31,2 kWh/m² refrigeración: 8,4 kWh/m² agua caliente sanitaria: 17,2 kWh/m²
Considerando una superficie media de 60 m² por vivienda, y puesto que en Ceuta la revisión del PGOU de 2016 (aún en tramitación) hacía una previsión del número de viviendas para 2021 de 29.773 (1.786.380 m²), las demandas totales serían:
calefacción: 55,73 GWh refrigeración: 15 GWh agua caliente sanitaria: 30,72 GWh
Esto significa que la demanda total sería de 101,45 GWh al año para climatización y agua caliente sanitaria, de los cuales la aerotermia podría aportar 3/4 partes, es decir: 76,08 GWh al año.
5. agua
El mar es también una fuente de recursos energéticos, pese a que las tecnologías para aprovecharlas aún se encuentran en estado de desarrollo. De entre todas ellas, hay algunas que podrían aplicarse perfectamente en Ceuta, en concreto, la undimotriz y la hidroeólica, puesto que requieren unas condiciones que se dan en el Estrecho, olas y corrientes marinas.
5.1 corrientes marinas
A priori, el Estrecho es un lugar idóneo para el aprovechamiento de las corrientes marinas, puesto que se produce la entrada de las mismas procedentes del Atlántico (generalmente las capas superiores) y la salida del Mediterráneo (capas inferiores) con velocidades que además se acrecientan debido a la orografía del fondo marino. Sin embargo, ello no quiere decir que los puntos donde se den las condiciones óptimas para aprovechar esta energía se encuentre en Ceuta o en sus alrededores. El grupo de oceanografía física (GOFIMA) de la Universidad de Málaga elaboró el MAPA DE LOS FLUJOS DE ENERGÍA EN EL ESTRECHO DE GIBRALTAR PARA SU APROVECHAMIENTO COMO FUENTE DE ENERGÍA RENOVABLE (cuyos autores son Calero Quesada, Sánchez Garrido y García Lafuente). En él establecen una serie de áreas donde las corrientes marinas podrían ser utilizadas para generar energía, destacando la complejidad de los parámetros que deben tener en cuenta para este aprovechamiento, como son los flujos de energía (el dato más importante), la variabilidad de las direcciones, la temporalidad de las corrientes (afectada por las mareas, los vientos, las ondas internas…), la profundidad, la cizalla vertical...
Como se puede observar en esta síntesis gráfica de sus conclusiones, las zonas idóneas se encuentran en el umbral de Camarinal, en las capas 1 y 2 (26-116 m de profundidad) para flujos hacia el Mediterráneo, en la capa 4 (161-206 m) para flujos en dirección del Atlántico y en el umbral de Espartel, en las capas 5 y 6 (206-297 m) para flujos hacia el Atlántico.
Ahora bien, este estudio ha descartado las corrientes superficiales comprendidas entre 0 y 26 m de profundidad, para evitar posibles conflictos o incompatibilidades con el tráfico marítimo, pero de la misma manera que el rendimiento eólico de aerogeneradores (terrestres o marinos) es muy superior a los miniaerogeneradores urbanos, no deberíamos descartar las corrientes marinas superficiales como generadores de energía a una menor escala, que además, podría compatibilizarse con el posible parque de aerogeneradores marinos flotantes expuesto anteriormente, para lo cual sería necesario invertir en INVESTIGACIÓN.
5.2 undimotriz
Otra línea de investigación sería el aprovechamiento de las ondas internas que se producen en el Estrecho como consecuencia de la interacción de las corrientes entrantes y salientes con la topografía (umbral Camarinal). Una breve explicación de estas “olas internas” aparece en el apéndice del estudio sobre la corrientes marinas en el Estrecho de la Universidad de Málaga indicado en el apartado anterior, también en este vidéo o en la tesis doctoral de José Carlos Sánchez Garrido, Generación y propagación de ondas internas en el estrecho de Gibraltar.
El oleaje ha sido, y es, objeto de múltiples investigaciones para su posible aprovechamiento energético. El Gobierno Vasco tiene una planificación para la explotación de los recursos energéticos marinos, de la cual surgieron dos proyectos experimentales, BiMEP y Mutriku. En Mutriku (Guipúzcoa) se instaló en 2011 una central de energía undimotriz experimental, que aprovecha la oscilación de las olas para generar presión y aprovechar esta mediante 14 turbinas. La potencia instalada es de 296 kW, llegando a producir 0,24 GWh al año (con puntas diarias de 158 kWh). De acuerdo con el seguimiento realizado, y teniendo en cuenta que la central está en el mar Cantábrico, la capacidad de generar electricidad es muy superior en invierno respecto al verano, y el aprovechamiento anual tiene una media de 963,6 horas, mientras que la media en España para la energía eólica está en 2.150 horas y para la fotovoltaica, 1.700 h. Esto quiere decir que su rendimiento puede ser la mitad que con las energías mucho más desarrolladas, pero precisamente ahí se encuentra su potencial, el hecho de que aún no se haya llegado a un pleno desarrollo tecnológico. Por otra parte, no hay que olvidar la importancia de diversificar el aprovechamiento de las distintas fuentes de energía porque raramente se producirán todas las condiciones para que estas trabajen a pleno rendimiento.
En el caso del proyecto BiMEP, se ha unificado el “pistón” y la turbina en un solo elemento flotante (5 metros de diámetro y 42 metros de longitud), con una potencia instalada de 30 kW y capaz de soportar olas de hasta 14 metros. Para el desarrollo de este proyecto se ha realizado un consorcio europeo con participación de empresas privadas, universidades e instituciones públicas bajo el nombre de OPERA. Según sus estimaciones, la energía generada por las olas podrá suponer el 10 % del total de energía eléctrica demandada por Europa, lo que da una idea de las posibilidades que tendrá. En 2024 tienen previsto la instalación de 40 boyas para poder alcanzar una potencia instalada de 10 MW.
Un aspecto interesante de esta apuesta del Gobierno Vasco por la investigación de energías marinas, es que sus centros de investigación están sirviendo para el desarrollo de otros proyectos, ejerciendo así de polos de atracción tecnológica. En septiembre de 2020 llegó a las instalaciones de BiMEP un prototipo desarrollado por la empresa finlandesa WELLO para poder estudiar el comportamiento de PENGUIN durante dos años. El prototipo PENGUIN utiliza la energía cinética provocada por la oscilación de las olas en un dispositivo flotante, que al contrario que una embarcación, su forma persigue la mayor inestabilidad posible, para que un eje rotor pueda girar en torno a un punto fijo. Los ensayos realizados hasta el momento estiman que la potencia nominal del dispositivo puede estar entre 0,5 y 1 MW.
En 2025 está prevista la instalación de la primera “granja” por parte de CorPower Ocean, utilizando una agrupación de boyas que pueden llegar a tener una potencia nominal de 10 MW (300 kW cada una). Cada boya, anclada al fondo marino, utiliza la presión hidráulica almacenada en su interior para aprovechar las oscilaciones provocadas en sus dos sentidos, cuando la ola ejerce una fuerza hacia arriba y cuando el sistema pretensado empuja hacia abajo al retirarse la ola. Gracias a una transmisión mecánica el movimiento lineal es convertido en movimiento giratorio y este en electricidad (vídeo explicativo).
Habrá que seguir el comportamiento y el rendimiento de estas tecnologías en el futuro así como su integración con los parques eólicos marinos.
Ante la pregunta de si sería aprovechable este recurso en Ceuta, la respuesta sería negativa si atendemos a la Evaluación del potencial de la energía de las olas elaborado por el IDAE. Ahora bien, el estudio intenta establecer el flujo de energía de las olas en diferentes puntos del litoral, utilizando diversas bases de datos (red de boyas, satélites…) y comparándolos con una modelización de los mismos. Las costas con más posibilidades serían Galicia, el mar Cantábrico y las fachadas norte de las islas Canarias. Pero si nos fijamos en los datos que proporciona la boya que tiene Puertos del Estado en Ceuta, observamos en primer lugar que los valores que proporcionan son menores que los que arroja el modelo estadístico y por otro lado, su ubicación no parece la más idónea al estar protegida del oleaje de levante. Por tanto, sería necesario realizar un estudio más exhaustivo de todo el litoral ceutí, así como no conformarse con aplicar tecnologías desarrolladas para mares con otras características, sino INVESTIGAR en función de los nuestros.
5.3 minicentrales hidroeléctricas
Desde hace más de un siglo las centrales hidroeléctricas se han ido desarrollando en paralelo a la construcción de embalses y presas, aprovechando el cauce o la caída del agua para dirigirlo hacia las turbinas que se encargarán de producir la electricidad. España cuenta con 200 centrales hidroeléctricas y la mayor de todas (en Aldeadávila, Salamanca) tiene una potencia nominal de 1.243 MW. En los últimos años esta tecnología ha ido evolucionando y se ha mostrado como una herramienta muy eficaz junto a la utilización de otras energías limpias, como puede ser la eólica o la fotovoltaica, dando lugar al denominado almacenamiento hidroeléctrico bombeado, que consiste en reutilizar el agua proveniente de un embalse o presa, una vez que ha pasado por las turbinas de generación eléctrica, para volver a bombearla al embalse superior y así poder disponer de ella cuando el consumo eléctrico lo requiera.
En marzo de 2020 la Unión Europea publicó un Estudio sobre el almacenamiento de energía. Contribución a la seguridad del abastecimiento eléctrico de Europa. En él se recoge el estado actual de los sistemas de almacenamiento de energía, así como los escenarios posibles en 2030 y 2050 ante los objetivos descarbonización. Pese a la incertidumbre de la evolución en las tecnologías derivadas de las baterías electroquímicas y sobre todo de los sistemas de producción de hidrógeno, parece que el almacenamiento hidroeléctrico bombeado tendrá un papel muy importante hasta 2030, para posteriormente ceder esa relevancia en 2050 al hidrógeno.
En la actualidad, España es el cuarto país europeo en potencia de bombeo hidroeléctrico instalada, 4,6 Gw del total de 42 GW de la UE (Italia, Alemania y Austria nos superan), con instalaciones en Cortes de Pallás, Valencia (una aprovechando la presa y otra con un embalse secundario); en Ip, Canfranc, Huesca (con un embalse y un depósito inferior).
Hay una evolución que hace que las minicentrales hidroeléctricas sean aún más interesantes, su complementariedad con la generación eólica y fotovoltaica. Para bombear el agua al depósito superior para su posterior reutilización, hará falta electricidad, pero ¿y si esta la proporcionan aerogeneradores o paneles fotovoltaicos cuando hay un exceso de producción o cuando la demanda es menor? Se están construyendo minicentrales hidroeléctricas que no guardan relación directa con las presas o embalses tradicionales, sino que aparecen como elementos complementarios de un sistema más complejo donde la generación se realiza fundamentalmente mediante aerogeneradores y/o paneles fotovoltaicos. Cuando hay excedente de producción eléctrica, una parte de dicha electricidad se utiliza para que las bombas puedan enviar el agua de un embalse inferior a uno superior, de esta manera, ante la ausencia de viento y de sol, serán las turbinas eléctricas las que funcionen al descargar el embalse superior. Este es el principio que lleva funcionando en la isla de El Hierro (11.154 habitantes) desde 2014, la central hidroeléctrica de Gorona del Viento. El parque eólico (con 5 aerogeneradores de 2,3 MW cada uno) es capaz de abastecer la demanda eléctrica de la isla y utiliza el excedente de energía para bombear agua desde el depósito inferior (0,15 hm³) hasta el superior (0,38 hm³) y así poder producir electricidad cuando no haya ni viento, aprovechando la diferencia de altura de 650 m entre los dos depósitos, mediante dos tuberías, una de impulsión de 3.015 m y 0,8 m de diámetro y otra de turbación de 2.350 m y 1 m de diámetro. La potencia total instalada puede llegar a 11,32 MW. Gracias a la central hidroeléctrica, en 2018, lograron 2.300 horas en el que toda la demanda se cubría con las energías renovables, esto es, durante 95 días la isla fue completamente autosuficiente.
Con el desarrollo de las tecnologías eólicas y fotovoltaicas, este tipo de sistemas podría emplearse a escalas mucho mayores. En la ciudad alemana de Gaildorf (Stuttgart), han desarrollado aún más el sistema con el proyecto de Max Bögl Group, integrando en cada aerogenerador (4 de 3,4 MW) los depósitos de agua necesarios para producir electricidad al descargar sobre un depósito de 0,12 hm³ y con un desnivel de 200 m. El conjunto es capaz de producir 70 MWh.
Nuevamente he de incidir que no se trata de copiar instalaciones, sino de actuar con la misma actitud, sacar provecho de lo que tenemos e intentar optimizarlo al máximo con la tecnología actual, o futura si fuera necesario INVESTIGAR.
En Ceuta tenemos dos embalses separados 350 m, el del Renegado (1,65 hm³) y el del Infierno (0,6 hm³) y con una diferencia de altura de 22 m. Haciendo un predimensionado con la información del IDAE sobre minicentrales hidroeléctricas, podríamos tener una potencia instalada (considerando un salto neto de 20 m y una tubería de 1,5 m de diámetro) de 1 MW y la capacidad del embalse del Infierno, podría permitir funcionar la turbina durante un día.
También se podrían construir aljibes; en el monte Hacho (en el interior o en el exterior de la fortaleza), con una altura hasta el mar de 200 m podría tener una potencia de 10 MWh o incluso en el mirador de Beliunes, en la parte superior de la cantera, cuya cota de 140 daría lugar a 7 MW. Esas minicentrales se podrían complementar con aerogeneradores y/o paneles fotovoltaicos para poder bombear el agua nuevamente al embalse o aljibe superior cuando sin consumo energético externo.
Con estos embalses y aljibes se podría disponer de una potencia instalada de 18 MW y no dependería de factores climáticos temporales como el viento, el sol y el oleaje, sino de la capacidad de los mismos, las turbinas podrían funcionar más o menos tiempo. Si lo hicieran un tercio del año, la energía producida podría alcanzar los 52,56 GWh al año.
5.4 hidrógeno
Aunque llevamos años escuchando que el hidrógeno puede ser una gran alternativa para el almacenamiento de energía, en lugar de utilizar las costosas, pesadas y muy contaminantes baterías, es cierto que por un motivo u otro, la tecnología no ha evolucionado lo suficiente como para que su utilización se generalice. Como todo lo relacionado con las cuestiones energéticas, muchas veces los factores que hacen que se adapte una u otra tecnología, o recurso, no depende de la ciencia y la investigación, sino que responden a imposiciones marcadas por la economía y la geoestrategia de las empresas y estados que deciden la política energética del planeta, de lo contrario, no se entendería que casi toda la industria automovilística se haya concentrado en el desarrollo del coche eléctrico de baterías y no en el de pila de combustible, cuando realmente “solo” se trataba de resolver la optimización de la electrólisis del agua por el cual se obtiene el hidrógeno, proceso que requiere una gran cantidad de electricidad pero que compatibilizado con la generación eólica y fotovoltaica, hace que el proceso no sea tan oneroso. Es el llamado hidrógeno verde.
A menudo se dice que el hidrógeno es mucho más caro que los combustibles fósiles y que esta es una de las principales razones para que no se apueste decididamente por él. Ya en 2019 el coste del hidrógeno, listo para ser utilizado por un coche, tenía un precio de 12 €/kgr, mientras que la gasolina estaba en 8 €/kgr. Los “expertos” estimaban que para que empezara a utilizarse masivamente el coste del hidrógeno tenía que ser inferior al de la gasolina. En 2020, el precio del hidrógeno ha bajado hasta los 7 €/kgr y la Agencia Internacional de la Energía estima que podría seguir bajando hasta los 2,5 €/kgr en los próximos 10 años. Es decir, ya no hay impedimentos económicos para no utilizarlo, ahora lo que se necesita es el desarrollo de las infraestructuras para que se utilice a todos los niveles energéticos; industrias, transportes, producción eléctrica, viviendas… Para ello será fundamental el impulso decidido de los gobiernos y administraciones.
En octubre de 2020 el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico presentó (a instancias de la Unión Europea) La hoja de ruta del hidrógeno: una apuesta por el hidrógeno renovable. En el resumen ejecutivo se deja muy claro su importancia:
El hidrógeno renovable es una solución sostenible clave para la descarbonización de la economía.
Deben fomentarse otros usos finales para el hidrógeno en aquellas áreas en las que la electrificación no sea la solución más eficiente o no sea técnicamente posible en el medio plazo, como el transporte público, servicios urbanos o usos diversos en nodos de transporte intermodal como puertos, aeropuertos o plataformas logísticas. El apoyo temprano de este perfil de proyectos permitirá desarrollar su competitividad, en la misma línea que están desarrollando otros países de nuestro entorno.
las soluciones basadas en hidrógeno renovable para islas y sistemas energéticos aislados, que dependen en gran medida del transporte aéreo y marítimo, han de potenciarse para que dichas regiones puedan alcanzar la neutralidad climática garantizando su sostenibilidad como destinos turísticos.
La producción de hidrógeno mediante electrólisis y utilizando energías renovables, será la clave de la autosuficiencia energética en Ceuta, ya que no solo se trata de utilizar el gas como sustituto de los combustibles fósiles, sino que nos permitirá almacenar la energía producida por todos los medios derivados del aire, el sol y el agua, evitando así el colapso en una red local de distribución que actualmente no podría canalizar toda la electricidad generada. El uso de la tecnología asociada al hidrógeno será una revolución que alcanzará a todos los niveles energéticos de Ceuta, que se aplique lo antes posible y de manera ordenada dependerá de la planificación que haga la Ciudad Autónoma, si es que la hace, afectando sobre todo al transporte comunitario (rodado, aéreo y naval), al transporte individual (coches y motos) y también al arquitectónico (pronto no será extraño equipar los edificios de viviendas colectivas con sus propios medios de producción y almacenaje de energía).
6. conclusiones
En el inicio hacía mención al estudio de Monitor Deloitte para Endesa y la previsión de demanda energética para Ceuta en el año 2040 en GWh al año, que cifra en 466 GWh al año.
Si el problema de duplicar la producción energética se afrontara con la misma actitud que han mostrado nuestros gobernantes, parece evidente que la única solución sería la del cable eléctrico con la Península, sin embargo, haciendo un análisis de las tecnologías actuales y futuras, y teniendo en cuenta nuestros recursos energéticos, nos daremos cuenta de que existen muchas otras alternativas, algunas es posible que hoy en día sean más caras a priori, pero pienso que un estudio más detallado diría lo contrario.
Hagamos un resumen de la hipotética producción energética con energía renovables en Ceuta.
capacidad producción energética
TOTAL: 823 GWh año
Es cierto que este potencial no se puede sumar de cualquier manera y que en ningún momento el rendimiento máximo de cada tecnología se van a producir a la misma vez, pero sí nos da una idea de cuáles son nuestras posibilidades reales de autosuficiencia energética. A estos valores habría que añadirle la energía producida por las olas, pero puesto que es una tecnología que aún está en desarrollo (los diferentes proyectos solo proporcionan la potencia instalada, pero no la producida), no la hemos considerado, así como la producida por el hidrógeno.
Ante esta situación en la que ya es posible cubrir la demanda estimada para 2040 (466 GWh año) me hago la siguiente pregunta:
¿Cómo podemos seguir permitiéndonos el lujo de no utilizar las energías renovables en Ceuta?
El Gobierno de Ceuta debería crear un departamento técnico (quizás no sea necesario una Agencia de la Energía como ha hecho el Gobierno de Baleares en su Ley de Cambio Climático y Transición Energética) que se dedique a estudiar, investigar, analizar, planificar y promover el uso de energías renovables a gran y a pequeña escala. Algunos estudios e investigaciones podrían realizarlos ellos mismos, otros tendrán que ser consorcios públicos-privados los que los desarrollen, tal y como hacen los vascos, pero es que Ceuta es un lugar propicio para convertirse en un polo tecnológico que atraiga empresas, universidades y administraciones, aportando valor económico a una apuesta decidida por la descarbonización y la electrificación en la ciudad antes de los plazos marcados por la Unión Europea. Si nuestras instituciones hubiesen trabajado en este sentido desde hace años, en lugar de concentrarse solamente en conseguir la inversión del cable eléctrico, ahora estarían en disposición de presentar un plan para acometer la transformación energética en el plazo de 10 años, tal y como exponía Monitor Deloitte en su estudio.
Estas posibilidades son muy ilusionantes pero contrastan con el panorama desolador de nuestra ciudad, viendo cómo nuestros representantes (y ciudadanos), a pesar de la situación crítica en la que está sumida la ciudad desde hace años, tan solo hayan introducido un punto relacionado con la energía en su plan para salir de la crisis, Establecer un plan de fomento para las energías alternativas.
7. epílogo
Con este análisis solo he tratado de demostrar cómo una determinada actitud frente a los problemas y utilizando nuestros propios recursos, es posible dar soluciones a uno de los temas clave para cualquier ciudad, el abastecimiento energético. Esta actitud es la que se requiere para afrontar los múltiples desafíos que tenemos en la ciudad (y que irán aumentando ante la desidia general).
Para asegurarnos un porvenir, necesitamos (re)pensar Ceuta como si fuera un territorio completamente aislado, desde todos los puntos de vista (geográfico, energético, administrativo, legal, económico…), nos obligará a analizar, pensar e investigar cómo mantener no ya la autosuficiencia sino nuestra propia existencia como Ciudad Autónoma.
Una vez alcanzada nuestra independencia existencial, todo lo que podamos aprovechar del hecho de ser España, de pertenecer a Europa, de estar en el continente Africano y de tener como vecino a un país como Marruecos (con todo lo positivo y negativo que ello conlleva), todo ello serán beneficios añadidos, en lugar de ser, como hasta ahora, elementos indisociables de nuestra supervivencia.
Ceuta, 8 de enero de 2021
(actualizado el 12 de abril de 2021)
El 10 de diciembre de 2021, el Consejo de Ministros aprobó la HOJA DE RUTA EÓLICA MARINA Y ENERGÍAS DEL MAR EN ESPAÑA, donde aparecen reflejadas muchas de las opciones aquí planteadas casi un año antes.
fotografías, gráficos y textos © Carlos Pérez Marín
publicado en la revista Transfretana nº8 por el Instituto de Estudios Ceutíes en septiembre de 2021