qafila khamisa

diario: días 00-02


DIARIO

 3. diario: días 00-02

DÍA 00

Tras los cambios de planes, estuve 2 días en Chinguetti esperando a que el nuevo guía pudiera organizar toda la logística. Tuve que abandonar la idea inicial de ir de Tichit a Ouadane porque uno de los nómadas que iba a venir (de la tribu Nemadis) tuvo que quedarse con su madre que acababa de coger la COVID. Zaida encontró a alguien que podía llevarme de Chinguetti a Tichit, pero como no pudo encontrar los 4 camellos que necesitábamos lo suficientemente rápido y yo tenía prisa (los artistas de Caravane Ouadane llegaban a Ouadane el día 6 y el viaje a Tichit requiere 20 días), decidimos ir a Tidjikja. Para este viaje, 2 camellos y 13 días eran suficientes. Conmigo solo habrá una persona, NEFAA. Aunque normalmente siempre se necesitan 3 personas para este tipo de viajes, así, en caso de que alguien tenga un problema, una persona se queda con el enfermo y la tercera va a buscar ayuda. Esta vez, gracias el teléfono satélite que me prestó Zaida podremos viajar dos personas sin problemas. Será como QAFILA OULA.

Es una pena, pero el desierto es así. Sé que algún día iré a Tichit, sobre todo después de lo que me contó Abdou (del albergue donde estoy esperando la salida) sobre los campamentos nómadas no lejos de Tichit adonde va todos los años con su grupo de teatro.

Al menos puedo visitar Chinguetti tranquilamente, sin turistas y ver cómo trabajan en las parcelas del palmeral.

 
 
 

DÍA 01

 

23.10.2021

5h01 / 18,84 km

Y aquí estoy, otra vez, en una de las rutas de las caravanas ...

Como de costumbre, me hice la misma pregunta los días antes de la salida:

¿Qué estoy haciendo aquí?

Podría estar tranquilamente en casa, pero desde el inicio me siento privilegiado al poder hacer una nueva "caravana". Además, el hecho de hacerlo con un solo guía, Nefaa, lo hace más interesante, más cercano a lo que suelen hacer los nómadas. Tenemos dos camellos y no están demasiado cargados, mucha agua, sin tienda (Nefaa me dijo que si hace viento hay otras formas de protegerse...); tal vez mi equipaje sea un poco excesivo por toda la comida que compré en Nouakchott y que era para tres personas y 20 días, mientras que ahora somos solo 2 y esperamos llegar a Tidjikja en 13 días. Le dije a Nefaa que o les dábamos a los nómadas lo que no necesitamos o él se quedaba lo que sobrase para él y para su familia.

Salimos de Chinguetti a las 7:20 y prácticamente atravesamos el pueblo por el río. Fue un poco conmovedor pasar junto a la ciudad antigua con los camellos.

Sin viento, sin demasiado calor (hoy la previsión es de 32 °C), pero teníamos que afrontar las dunas. Durante un año me he estado preparando mentalmente para este viaje. Mis recuerdos durante Beyond Qafila Thania entre M’hamid y Tissint, no eran muy buenos debido a la arena y a las dunas. Para Mauritania me dije a mí mismo: vas allí y no importa si tienes que caminar sobre rocas, piedras o arena. Había mirado en Google Maps y Bing y tenía la sensación de que había arena pero no muchas dunas, y encima estas eran pequeñas. Saliendo del pueblo vimos eso, pero una hora después divisé un mar de arena con grandes olas, además Nefaa me explicó que en algún momento tendríamos que cruzarlas. Sin embargo, desde el inicio pude disfrutar del silencio, nada que ver con M’hamid y Merzouga. Sin rastro de todoterrenos o de vivacs.

Después de 2 horas de caminata llegamos a un feija (especie de valle pero sin río que los nómadas utilizan como eje de comunicación al estar protegidos del viento y por tanto de la arena- N. del A.) pero en lugar de tener montañas a ambos lados, teníamos dunas. En medio de rocas, piedras marrones, blancas, negras, grises... Eran micropaisajes pero un poco siniestros a causa de los talhas muertos (Acacia tortilis). A veces parecía un lago con pequeñas islas, pero el agua, representada por la arena, se elevaba por los lados para dar lugar a las montañas.

Buscaba un paso entre las dunas, un desfiladero o foum, pero nada. Más tarde Nefaa se dirigió hacia las "montañas”, escalando. Un poco más arriba, la vista sobre el feija era magnífica, pero aún nos quedaba subida. Me vino a la cabeza la imagen del primer día de Qafila Rabiaa pero es cierto que aquí la altura no era tan alta, en cambio caminar sobre la arena era mucho más duro. Era como si hiciéramos más bien montañismo, y sobre nieve. Afortunadamente Nefaa me dijo que después de las dunas íbamos a encontrarnos con un oasis pequeño, con un poco de agua. Creía que no íbamos a cruzarnos con nada, ni árboles ni oasis, pero efectivamente, en lo alto de las dunas, apareció justo debajo un pequeño oasis con algunas casas. Gente que vivía allí en construcciones de tapial y techos a dos aguas, además de "cabañas".

Nos paramos a la sombra de una acacia para descansar y comer. Es Nefaa quien quiere encargarse de la cocina, lo que está muy bien, porque lo hace para él y no para un turista.

 

Según Nefaa siempre vamos caminar unas 4 horas por la mañana, nos pararemos a descansar y comer y luego haremos entre 1 y 2 horas más. Esta mañana hicimos 13 km en 3h26 (en ciudad en 3h30 podemos hacer 17,5 km), un ritmo un poco lento pero la travesía de la cordillera de arena nos ha ralentizado bastante. En resumen, creo que haremos casi 25 km todos los días y si lo hacemos durante los 13 días previstos, deberíamos hacer un total de 325 km. Para la vuelta, él necesitará 7 días, casi la mitad; solo vi una silla de montar en uno de los camellos y eso es porque él hará todo el camino de regreso montando. Le dije que podíamos haber cogido 2 sillas y haber ido más lejos, haciendo también 13 días pero llegando hasta Tichit, pero para ello hubiéramos necesitado un tercer camello (tal y como estaba planeado al principio). En cualquier caso, yo no hubiera podido haber hecho todo el viaje a lomos del camello, después de la experiencia de hacer 22 km durante el primer viaje a Ouadane, mis nalgas no lo iban a resistir... Ahora bien, si en algún momento no puedo continuar la marcha, está claro que no me avergonzaré de subirme al camello, sobre todo porque me he entrenado para andar 22-24 km pero en la ciudad, sin dunas. Ya veremos...

Después de tener que buscar los camellos durante 40 minutos, reanudamos la caminata a las 16:10. Paramos 1h35 más tarde, haciendo 5,84 km. En total 5h y casi 19 km. Las últimas horas de marcha son siempre las más difíciles a causa del cansancio y sobre todo del sol. En esta caravana tendremos el sur enfrente casi todo el tiempo, lo cual es bueno para afrontar el final del día teniéndolo lateralmente.

Este primer día ha sido magnífico. En el camino nos encontramos con 3 camellos que nos acompañaron, pero fueron ellos quienes nos mostraban el camino. Y luego hemos tenido, ¡el río de arena!

Por la mañana pensé en el paisaje, con los valles o feijas “construidos” con arena. ¿Era una topografía o más bien una geografía de arena? Independientemente, antes de detenernos a dormir seguimos el curso de un río de arena, arena blanca, delimitado por dunas más grandes de color naranja. Durante esta marcha por las orillas del wadi (río, o más bien cauce seco del río -N. del A.), no he dejado de pensar: "¿Es esto una geografía o un mundo donde todo está hecho de arena?". A veces me sentía como si estuviera en un mundo virtual, como en un videojuego. Esto me llevaba a otra hipótesis: 

¿Estoy en otro planeta?

También pensé en los amigos con los que me reuniré en Ouadane, ¿cómo voy a explicarles este sentimiento de estar en otro mundo? ¿Cuántos de ellos querrán vivir esta experiencia el próximo año? Ya lo sabía pero hoy lo constaté, el desierto de Mauritania es un verdadero desierto y no porque sea una imagen más cercana a la idea de un desierto donde solo hay arena, hay muchas otras cosas, aunque siempre sean de arena...

Nefaa decidió detenernos antes de que llegáramos a hacer 20-22 km, según él esta zona tenía talhas (6 o 7), plantas que les gustan a los camellos y estamos rodeados de colinas de arena. Desde aquí no habrá comida para los camellos al menos durante los próximos kilómetros.

Mientras Nefaa me enseña a hacer pan (mañana lo haré yo, me dijo), cae la noche y estoy impaciente por ver las estrellas, a pesar de que la luna todavía es lo suficientemente grande como para aguarme la velada. Será inevitable pensar en mis amigos Laila, Ahmed y Driss y buscar la “cacerola” por ellos.

Es increíble, la Vía Láctea apareció incluso antes de que desapareciera la luz en el horizonte.

 
 

DÍA 02

 

24.10.2021

5h15 / 21,5 km

Pensé que las 3 noches pasadas durmiendo en una cabaña en Chinguetti me ayudarían a adaptarme, sobre todo al clima nocturno, pero dormir en mitad del desierto no tiene nada que ver. Como de costumbre cometí un error y me puse demasiada ropa, así que pasé calor y no pude dormir bien. Nos acostamos nada más salir la luna, cuando ya no podíamos ver las estrellas, pero hasta ese momento pude ver 4 estrellas fugaces y la Vía Láctea.

Me desperté varias veces y vi el efecto que provocaba la luna, el mismo color y tono para la arena y para el cielo, si no fuera por las plantas parecería que estuviera en una esfera (sin gravedad -N. del A.). Lo más interesante fue cuando abrí los ojos estando de costado, ya que las plantas marcaban el horizonte pero esta vez en vertical.

Para el desayuno solo comí galletas con un té. Nefaa terminó la cena de ayer, que no me gustó demasiado. Hace un pan muy bueno y después se lo hecha todo a una especie de sopa con agua y trozos de carne seca de camello que tiene en una bolsa que parece más una mezcla de tierra y madera. Esta noche voy a guardar un poco de pan para el desayuno...

Empezamos a las 7:20 y Nefaa me dijo que pasadas 2h las dunas se terminarían.

La primera parte fue de arena, con suaves pendientes, algunas rocas y talhas. 1 hora y 30 minutos después, las dunas comenzaron a separarse, dejando un terreno negro entre ellas. El contraste era muy hermoso. Había grava negra en la arena, pero también piedras negras y beige, como si alguien las hubiera dispuesto a modo de instalación de arte. Lo mismo ocurría con las plantas de las dunas y sus raíces. A veces parecían trampas, a veces instalaciones hechas en la arena gracias al movimiento que provocaba el viento (me recordaba al trabajo de Mahdaoui con el viento y la sábana en el oasis durante Caravane Tighmert 2016). Luego las dunas desaparecieron y caminamos solo sobre grava, con piedras un poco extrañas (que veíamos desde la mañana), con huecos, como si vinieran de un volcán. Cogí 2 y las observé de vez en cuando, esperando a que saliera un insecto de un agujero o que la piedra misma cobrara vida... como si estuviéramos en una película de ciencia ficción.

 
 

Vimos por primera vez montañas, esas que albergan la red de oasis del Adrar, montañas donde hay agua. Nefaa me dijo que hoy y mañana no veremos pozos, tendremos que acercarnos precisamente a esas montañas. Por eso, me dijo que normalmente las caravanas no salían de Ouadane o Chinguetti directamente hacia Oualata, porque los pozos están cerca de Tichit. El camino más utilizado era el nuestro, en dirección a Tidjikja y antes de llegar allí, desviarse a Tichit y después a Oualata.

Debido a la distancia entre pozos, y a tener que esperar hasta el 4º día, Nefaa llevaba casi 80 l (de agua). Casi podíamos hacer todo el viaje sin necesitar más, porque normalmente bebo 4 l al día (agua de pozo pero utilizando un filtro). No tener que beber agua mineral supone un gran cambio respecto a otras caravanas ya que me permite beber lo que quiera sin preocuparme si voy a terminarla o no.

A propósito del agua, no sé por qué cuando estaba cansado, después de 3 horas de marcha, pensé en mi entrenamiento por la barriada de Benítez (Ceuta), junto al Estrecho, y también, en la playa de Las Canteras en Las Palmas, donde me gustaría bañarme antes de coger mi vuelo de regreso a Málaga. En realidad, me estaba costando terminar la cuarta hora de la mañana...

Debe de haber una relación entre física, matemáticas y geología; 5 dunas, del mismo tamaño y forma y separadas a la misma distancia.

Después de 3 horas, no había ni dunas ni árboles y no sabía dónde íbamos a parar para almorzar. Tras 3h30, una depresión en el terreno nos mostró un “bosque” de talhas antes de llegar a las montañas. Nefaa pudo localizar una talha bastante grande, con sombra, pero a 1-2 km de distancia.

Una vez más, Nefaa tenía razón, al salir (16:09) me dijo que íbamos a dormir en un lugar no muy lejano pero no muy cercano (finalmente a 1h20), un lugar con talhas (acacias) donde los camellos podían comer.

Estábamos cansados ​​pero hicimos 13 min/km en lugar de 16 como ayer. Al menos no hacía calor, teníamos una brisa, las nubes ocultaban el sol, el terreno era llano y solo había grava (con un poco de arena y rocas). A pesar de la facilidad, mis tobillos estaban muy cansados y tenía que tener mucho cuidado al apoyarlos entre las piedras.

Mañana, es posible que pasemos entre 2 montañas, en una geografía más cercana a la que conocía en Marruecos.

Veremos qué hacemos con la comida. Con la espera de 3 días en Chinguetti tuvimos que tirar la mitad de las verduras y me temo que los últimos días solo comeremos carne seca de camello. Ahora bien, si nos cruzamos con algunos nómadas, les podremos comprar una cabra para comérnosla, pero desde el inicio no hemos visto a nadie y tampoco hemos oído coches o motos, lo cual es un auténtico lujo.

 


Créditos vídeos, fotos, textos y dibujo: Carlos Pérez Marín

Cámaras: iPhone XS Max y Leica M6 (Ilford FPE Plus 125)